jueves, 9 de febrero de 2017

MOONLIGHT: CRÍTICA DE CINE


          Moonlight se presenta ante los espectadores con luz propia, sobriedad y paciencia, haciendo honor al título: luz de luna.

          Chiron (Ashton Sanders) vivirá una difícil infancia y una complicada adolescencia en los suburbios de Miami, para llegar a una madurez que forjará el mismo. Pero comencemos por el principio, su infancia, donde responde al nombre de Little. Vive en una zona conflictiva con una madre drogadicta y siendo maltratado en el colegio. Conocerá a la pareja compuesta por Juan, un traficante de drogas (Mahershala Ali) y su novia Teresa (Janelle Monáe) quienes en parte le adoptarán, aunque él siga yendo a dormir a casa de su madre, cuando ésta le deja. El niño crece y se hace adolescente y su nombre muda, de Little a Chiron, en esa etapa se encontrará a Kevin (Andre Holland), que le apodará Black. Con este chico mantendrá su primer contacto de amor y sexo; pero el destino tiene reservada una vida intensa y dura a nuestro joven Chiron, quien al llegar a la edad madura adoptará el apodo que le puso su amigo Kevin, Black (Trevante Rhodes) ¿Existe alguna razón para adoptar este tercer nombre?

          Barry Jenkins, guionista y director de esta obra, adapta la novela de Tarell McCraney y con ella toma la figura de un jovencísimo afroamericano para junto a él, a media que crece ante nuestros ojos, pasando de niño  hasta su edad adulta, percibir la fragilidad que puede sufrir la identidad, la familia, la amistad y el amor; valores que parecen tener que mantener una lucha constante contra la violencia, la carencia de afecto, los miedos, la debilidad…

          Una película reflexiva y profunda sobre las relaciones humanas y el autodescubrimiento que Little-Chiron tendrá que afrontar, vivir y estimar para convertirse en el hombre que todos conocerán como Black, pero Black nos tiene varias sorpresas preparadas hasta llegar al final, que con sus pocas palabras y sus gestos precisos, nos descubrirá qué es lo que añora y conserva en su mente, de todo lo que ha visto y vivido.

          Sobre las interpretaciones nada que objetar, tan creíbles que podrían ser nuestros vecinos, amigos, familiares o conocidos. Destacaría a los actores que interpretan a Chiron, durante su infancia, adolescencia y madurez, siendo finalmente este último, Trevante Rhodes, quien realiza un gran ejercicio de contención en gestos, expresiones y miradas; creyéndonos que en efecto es la misma persona que en el transcurso de la película, ha crecido ante nuestros ojos.

          Barry Jenkins se toma su tiempo y con suma paciencia, ejerce de padre observador y siempre atento a cada respiración de los personajes a los que está dando vida, para que nada se le vaya de las manos y sus criaturas se sientan protegidas, sin ser ellos conscientes. Es ese camino, en esa vida que transcurrirá ante nuestros ojos en 111 minutos de proyección,  disfrutados por todo lo ya citado, por la magnífica fotografía de James Laxton y la fascinante música de Nicolas Britell, donde podremos comprender y entender también, ese retrato vital de la vida afroamericana contemporánea, con sus verdades universales.

          Mi nota es 8,5

          Recomendable para los amantes del cine y de los temas marginales.

          ESTRENO EN ESPAÑA: 10 de Febrero

          REPARTO: Trevante Rhodes, André Holland, Janelle Monáe, Ashton Sanders, Jharrel Jerome, Naomie Harris, Mahershala Ali, Shariff Earp, Duan Sanderson, Edson Jean.

PRODUCTORA: A24/ Plan B Entertainment/ Upload Films

DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Diamond Films España.

OSCAR 2017
MEJOR PELÍCULA
MEJOR GUION ADAPTADO
MEJOR ACTOR SECUNDARIO: MAHERSHALA ALÍ

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